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Los hemípteros comen comida chatarra

Actualizado: 6 sept 2023

Los hemípteros son un grupo importante dentro de los insectos (aunque significativamente menor que Lepidoptera – palomillas, mariposas – e Hymenoptera – abejas, abejorros, hormigas, avispas – , sigue siendo gigantesco en referencia a los demás grupos animales) e incluye a las chinches, los pulgones y a las cigarras. Es de hecho tan grande, que tiene decenas de miles de especies conocidas, y probablemente otro tanto de desconocidas.


Para comparar, pensemos que hay aproximadamente  1,600 especies de mosquitas blancas o 13,000 de saltamontes y, en cambio, más de 20,000 de chicharras.


Sin duda es un grupo taxonómico con una gran capacidad de hacerse notar. Los psílidos, por ejemplo, han cobrado particular atención, por ser los vectores de Candidatus Liberibacter americanus, la bacteria que se piensa es causante de la enfermedad del dragón amarillo, o HLB (por Huanglongbing), en cítricos.


Al mismo tiempo, la chinche bagrada (también conocida como chinche pintada) es una de las plagas causantes de alerta sanitaria en los cultivos de crucíferas en el Norte del país, causando desde manchas necróticas o pérdida de dominancia apical hasta marchitez y muerte.


Todo esto depende de sus hábitos alimenticios. Muchos hemípteros se alimentan de savia, y en el proceso de obtenerla, introducen órganos bucales que funcionan como agujas hipodérmicas, esparciendo enfermedades inoculándolas directamente en el floema.


Algo menos conocido, es que estos insectos son incapaces de producir por sí mismos 10 de los 20 aminoácidos esenciales. Aminoácidos esenciales, para aclarar, son aquellos de cuya deficiencia uno se muere. Lo que es más raro, es que su dieta de savia no provee ninguno de éstos aminoácidos.


Entran las bacterias al rescate. Buchnera y los diversos Hemípteros tuvieron su primera cita un día soleado hace unos 250 millones de años, días más días menos. Quizá no se entendieron en la primera, pero tiempo después comenzaron a vivir juntos, y se hicieron inseparables. Tan inseparables, de hecho, que si llega a morir la bacteria que se encuentra en el interior del insecto, éste muere también.


Estos 10 aminoácidos esenciales de los que hablamos, son también esenciales para Buchnera. Lo curioso es que tampoco la bacteria tiene todas las herramientas genéticas para sintetizarlos. Ni uno ni el otro, pero juntos sí. Para poder fabricar los aminoácidos que la dieta no provee, Buchnera y Hemíptera van intercalando sus enzimas, hasta ir convirtiendo a los precursores en los aminoácidos particulares que requieren. Al final, se dividen el botín para bien de ambos.


Este sistema les permite acceder a una dieta en la que encuentran pocos competidores, lo que favorece su proliferación y su capacidad de exploración de nuevos nichos. Una vez llegando a ellos algunas especies, como la cochinilla del algodón, son capaces de establecer una nueva simbiosis, pero esta vez con hormigas (que son de las especies más cosmopolitas). Las hormigas funcionan como guardaespaldas de los hemípteros, a cambio de un poco de esos nutrientes que éstos obtienen de la savia. Con la nutrición y la protección garantizadas, los hemípteros pueden dedicarse a la reproducción rápida.


Pero la rapidez de su ciclo biológico no sólo significa que pueden alcanzar poblaciones dañinas en periodos muy cortos, ¡sino que su capacidad de desarrollar resistencia a pesticidas es vertiginosa! Tanto así de hecho, que en estudios realizados en Paquistán utilizando Deltametrina (piretroide que daña los canales de sodio), se puede observar un incremento de la resistencia… ¡de 760 veces en tan solo 10 generaciones!


Debido al modo de alimentación, además, hace difícil lograr el ingreso de sustancias al tracto digestivo del insecto, porque no consume la superficie foliar, donde normalmente se depositan los pesticidas.


Es impresionante ver una relación tan cercana entre un animal y una bacteria. Mucho más cuando es gracias a esta simbiosis que ambos pueden alcanzar un nivel de éxito ecológico como el observado. Sin embargo, cada día nos damos más cuenta que lejos de ser una excepción es, por mucho, la generalidad. Plantas, animales, hongos y bacterias, todos dependemos de los demás para sobrevivir.


Pensemos en esas simbiosis que vemos, pensemos en todas las que no vemos. Bien podríamos intentar separar a estos amigos inseparables – Buchnera y los hemipteros – como medio de control, sin embargo no sabemos que otros vínculos indispensables para la productividad, para la polinización y para la vida misma de los cultivos estaríamos alterando.


Por eso en Tierra de Monte, cuando hablamos de agricultura, hablamos de sociedad, hablamos de plantas, hablamos de suelos, y hablamos de productividad.

Por eso, cuando hablamos de plagas, hablamos de microbiología, hablamos del sistema y no sólo de los individuos.



Nota:

Algunos transmiten enfermedades, como el HLB.

Dependen de la presencia de la bacteria Buchnera para poder sobrevivir.


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